Este día empezaba un poco raro, después de haber salido por la noche y llegar al hostal bastante tarde, o temprano según se mire, la chica de la recepción no me dejó entrar a la habitación hasta la hora del desayuno para no despertar a la demás personas, así que a tocó dormir sentado las 3 horas que pude dormir antes de ir a la estación de bus ;-)
Hoy iba a ser la primera vez en mi viaje y en mi vida que paso un control fronterizo terrestre y éste en concreto tiene fama de ser de los de espera que te espera. Las sospechas no fallaron, unos 10 min en el lado Chileno para que pasaran todos los del bus y más de 30 min en el lado Argentino. Para los españoles, ningún problema, como si entraras en tu propio país, para otros muchos era una retahíla de preguntas para que te pusieran en puñetero sello.
Al otro lado de la frontera el paisaje no cambia mucho, la Patagonia luce inmensa y deserta también aquí:
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| En Argentina lo que hay en mucho espacio vacío... |
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| pero mucho. |
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| Muy importante información, aunque ¿sobra la preposición o sólo lo veo yo raro? |
Después de unas cuantas horas de bus, más de las esperadas, llegamos a nuestro destino, El Calafate. Aquí primero tuve que buscar un hostal, que no había mirado nada, reservar la excursión del día siguiente, cambiar dinero y pasear un poco antes de caer dormido, estaba que no me tenía en pie. Todo lo tenía hecho en poco más de dos horitas.
Antes de ir a dormir tenía que hacer una cosa de que por falta de tiempo no pude hacer en Chile y que no podía faltar en la Patagonia, probar el asado de cordero (buffet libre 15€, bebida incluida), ahí van las fotos:
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| Primer plato, y como este cayeron 2 o 3 |
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| Menuda pinta, ¿verdad? |
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| Un artista con las brasas |
Otro día de transición que pasó sin mucha pena ni gloria pero con el estómago lleno. Después de eso sólo quedaba y a dormir que al día siguiente esperaba otro espectáculo de la naturaleza...
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