viernes, 11 de enero de 2013

Día 73: Ice Age

Todo el mundo viene a El Calafate por el mismo motivo, hielo. Unos de los mayores bancos de hielo está aquí y genera una gran cantidad de glaciares de aún hoy se mueven de lo más rápido, unos 2 metros al día. Yo tenía sólo un día así que no había mucha opción, me fui a ver el más famoso de todos ellos, Perito Moreno.

Para llegar allí me enrolé en una de esas excursiones organizadas que a mi tanto me gustan: bus hasta el glaciar, unas 2 horas en las pasarelas, un paseo en barco y como colofón, una ruta por el hielo. Aquí un consejo para los que tengan en mente venir de visita, hay que hacer lo mismo que en Petra, cerrar los ojos antes de llegar y llevarse la sorpresa cuando estás delante de la pared de hielo, merece la pena. Aquí pongo algunas de las fotos que hice en el camino y en las pasarelas:

Primera vista del Moreno desde el bus y ya impresiona
Aquí está al parte que choca con la península de Magallanes.
Y aquí la parte que da al Lago Argentino, falta algo para comparar la altura,
pero garantizo que deja a uno boquiabierto
La sonrisa tonta es de 'joder, no me creo que estoy aquí'
Después del circuito de las pasarelas y de ver varias veces caer bloques enormes de hielo, tocaba la etapa 2, crucero por el Lago Argentino hasta la orilla contraria para empezar la ruta. Media hora de travesía cerca de la pared de hielo de más de 10 metros de altura. Algunas foticos desde el barco:

El glaciar no flota, así que hay unos cuantos metros más bajo el agua
Hay tantos tonos de azul como en el mar de la polinesia
Llegamos a puerto y estas eran las vistas
Una vez en tierra y después de dividirnos en hispanohablante y angloparlantes nos pusimos a andar hasta el glaciar. Antes de pisar el hielo nos dieron una charla de seguridad y nos explicaron la manera de andar con los crampones en los pies sin terminar con un agujero en uno de ellos.
Una foto a lo David Attenborough
Hi-ho, hi-ho, hi-ho, hi-ho...
Otro medio que conquista este aventurero
Después de la caminata de vuelta
nos invitaron a whisky  con hielo de glaciar, ummmm
Simulo que tengo frío en esta cueva, nada de estar cagándome
(por si había dudas)
Todo un día rodeado de hielo, en altura y sin protección solar... un poquito gamba si que terminé.
De vuelta en El Calafate la cosa fue rápida, recoger la maleta, pillar un taxi y derechito al aeropuerto. 

El vuelo llego a Buenos Aires a la 1 de la mañana y yo no sabía ni como llegar al hostal, menos mal que la solidaridad hispana funciona y unas chicas peruanas con las que compartí el taxi y que vivían allí me llevaron a la puerta del hostal. De madrugada y con una mochila de las grandes no es buena idea andar por Buenos Aires, así que les debo a esas chicas el llegar sano y salvo.

Eso es todo por hoy amigos...

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