Día 17: Una pierna por aquí, una pezuña por allá

Después de unas cuantas horas de tren más de las previstas llegué a Khajuraho. La excursión de hoy no venía en e contrato pero después de decirles que había contactado ya con la embajada la añadieron sin más problemas. Al llegar un muchacho con un cartelito con mi nombre me esperaba, con el correspondiente conductor, otro día de visita en solitario. Después de una parada estratégica en una tienda de alfombras de un amigo suyo, me lleva a los templos del Kamasutra, sí señoras y señores, este pueblucho es famoso porque sus habitantes se entretuvieron plasmando en piedra lo que hacían en sus casas en su tiempo libre: 

El guía parece que disfruta explicando cada posturita.

En esta te dice: ' Hombres con caballo', y lo dice así como si nada.
Lo gracioso en cuando llega a 'mujeres con elefante' WTF?

Para que veáis que no me invento las cosas, todo el templo
plagado de figuritas haciendo posturitas

A sitios como este merece la pena ir, bonitos a la par que educativos

Mi foto del día, patrocinada por un indio
que no sabe la diferencia entre sol y sombra

En los templos del kamasutra un remanso de paz, en el templo vecino...

Antes de visitar el segundo grupo de templos de la misma índole, mi guía me dice: 'te voy a enseñar donde vive la gente realmente, nada de hoteles ni resorts de lujo'. Llegamos al pueblo y me enseña los barrios de las diferentes castas, algunas de las casas hechas con piedras robadas de los templos y pintadas de colores. En la casta alta todas las casas tienen un rectángulo marrón en el suelo de la puerta principal, le pregunto '¿eso qué es?', me dice ' eso significa que la casa está limpia, las mujeres de la casta alta recogen los excrementos frescos cada mañana y con ellos hacen este dibujo, eso evita que los mosquitos entren dentro de casa'. ¡Manda cojones!, prefieren oler a mierda todo el día a que entren los mosquitos en casa.

Después de la visita a su pueblo y a los templos (bis) me lleva a un restaurante para turistas, en el que estaba comiendo sólo una persona, el que escribe. Triste no, tristísimo. 

Como no había tren directo para mi siguiente destino, un conductor, otro diferente, me llevó a otra ciudad cercana, 3 horas y media pasando por una reserva de tigres, para coger el siguiente tren. El día no dio más de sí.