Día 5: Silencio, el faraón duerme

7:00 y el despertador suena, hoy toca ruta turística al valle de los reyes/reinas/hatshepsut, etc. Al principio iba en el minibus yo solo, pero cuando íbamos de camino se unieron una pareja germano-italiana y una japonesa, menos mal, ya me pensaba que me tocaba ir de visita solo con las consecuencia que eso acarrea.

Valle de las reinas: Es impresionante visitar estos lugares cuando sólo hay una docena de turistas, no hay prisa para nada. En toda la zona no se permite fotografías, si te pillan, multa al canto, lo curioso es que cuando estás a unos metros bajo tierra, el guía te está explicando los dibujitos y le das la propina va, y te dice 'si quieres puedes hacer fotos, no hay problema'. Nooooo, hay otro guardia en la puerta esperando a oír el click de la cámara. Menos mal que ni siquiera lo intenté.

Templo de Hatshepsut: La restauración que ha hecho el equipo polaco da una idea de lo grandioso que era este templo en pleno apogeo del imperio. Nos cuenta el guía en este punto que la reina pudo reinar sólo porque se casó con el hijo bastardo de su marido, iba por ahí con una barba postiza y la raya del ojo pinta', era la rey y reina a la vez, como Falete pero al contrario. Aquí si que pude echar una foticos:

A estos dos hombrecitos nos los encontramos por el camino

Aquí está la reina dela noche, con su barba y raya en el ojo

Foto de rigor para certificar que estuve allí,
una foto al estilo Rafa

Valle de los Reyes: Aquí llegamos a las 12:00 y en la foto se puede ver que mucha brisa del río no es que llegue a este sitio. Para prevenir las fotos, esta vez que quitan la cámara al entrar. Difícil describir lo que se puede ver aquí, las paredes de todas las tumbas que se pueden visitar llenas de pajaritos, serpientes... :-) Hay alguna en la que es imposible aguantar el 'guau, impresionante!!!' ahhh, todo, todo, excepto las paredes, está en el museo del Cairo, la siguiente parada del viaje.

Valle de los reyes o valle de la muerte,
si es que lo visitas en verano

Una cosita más, esa tarde cogí el tren camino al Cairo, cuando llegué a la estación no había billetes, menos mal que un gentil joven me vendió el suyo por el doble del precio, 'business is business', me da igual, porque en el tren iba sentado con la primera persona en Egipto que me ha dado algo a cambio de nada, me invitó a té, queso y pan, me dio conversación con el poco inglés que sabía, no recuerdo su nombre pero tengo que darle las gracias, también aquí hay buena gente.