Día 18: Aquí huele a muerto

Hoy la visita es a Benarés, una de las ciudades más antiguas del mundo y de las más sagradas para los induistas. El tren llegó con retraso, una novedad, pero el tipo que me tenía que esperar allí estaba. Me lleva al hotel y me dice que a las 2 de la tarde pasará a por mi para la visita guiada a la ciudad, eran las 8 de la mañana...

Bueno, pues a hacer tiempo, una ducha, buscar un punto de internet, etc. eso pensé yo, pero otra vez más las cosas en la India no son como se esperan. El hotel no tiene habitaciones hasta las 12, así que lo de la ducha descartado por el momento. Voy a buscar un punto de internet para actualizar el blog, nada chaval, tienes que tener un teléfono indio para que te puedan dar de alta en el sistema, 2 de 2, toda la mañana perdida.

A las 2 viene el tipo y me lleva a la oficina de su empresa, allí el jefe me dice: 'Mister Alberto, usted tiene contratado un paseo en barco por el río mañana por la mañana, pero el transporte no está incluido, 350 rupias por favor', así de primeras y sin apenas presentarse. 

Comienza la visita guiada, me monto en el coche, me deja en el centro y me dice que esa calle llevaba al río, fin de la visita guiada. Me las vi y me las desee en llegar entre tanto tráfico, mierda de vaca y gente intentando venderte de todo.

Esto es lo que se ve en las fotos de Benarés,
la realidad es mucho peor

Todo el mundo al baño, no importa que la alcantarilla esté a 10 metros

Ni que los búfalos estén a 20 metros

Ni que la basura de toda la ciudad termine en el río

Templos y casas de ricos y famosos están a la orilla del río sagrado

Después de recorrer el tramo de río de arriba a abajo y vuelta a empezar, me junté con una pareja de Holanda que iba a ver una ceremonia nocturna en la parte norte del río. De camino me dijeron que eran las incineraciones, que por la noche se ve todo mejor. Cuando llegamos había 5 cuerpos ardiendo, 2 en preparación y un montón esperando. Uno de los intocables que trabaja allí nos explicó todo el proceso, de media queman 250 cuerpos al día. En algunos momentos la cosa se ponía tan explícita que daba ganas de echarlo todo. (no se permiten fotos)

Después del trauma, a casa en bici, aunque no la llevaba yo:

Por 2 eurazos de una punta a la otra de la ciudad,
y le pagué 3 veces  la tarifa normal porque el hombre se lo merecía