martes, 11 de diciembre de 2012

Día 57: El día de la marmota

Lo de cruzar la línea del día es una sensación un poco extraña, el avión salió a las 6 de la tarde de Auckland y aterrizamos a las 00:30 del mismo día en Papeete. Yo había mirado mal los papeles y me pensaba que era a las 12 del medio día, así que tuve que esperar unas cuantas horas en el aeropuerto a que empezaran a funcionar los buses y el ferry. 

Sea a la hora que sea, en Polinesia Francesa te reciben con música y bailecito típico, ahhh, una cosa, como esta parte del mundo es territorio francés no hace falta ni siquiera el pasaporte y no hay límite de estancia, un buen sitio pare venirse a vivir: 


Después de 4 horas interminables dando cabezazos en un banco del aeropuerto era hora de ir al centro en bus, sacar dinero y montarme en el ferry a la isla de Moorea donde estaba mi hotel. Del trayecto en barco no me acuerdo de nada, me dormí como un bebé.

Cuando llegué a puerto el chófer de uno de los buses 'Le Truck' no me quería llevar al hotel, se lo tuvo que pensar 3 veces antes de dejarme subir, de hecho, a mitad de camino, me paró y me subió en la camioneta de su cuñao para que me llevara al hotel, ¡esto es polinesia!.

Las vistas de la isla son impresionantes, parece la isla de 'Lost', pero yo tenía mucho, mucho sueño y 2 días más para disfrutar, así que en cuanto llegué al hotel me puse a dormir.

Ya por la tarde y con la bici me fui a dar una vuelta:   
Vistas desde el hotel
La iglesia del pueblo, arquitectura polinésica 100%
Después un baño en la laguna y ora vez a dormir, tenía mucho sueño y cansancio acumulado, lo de estar cerca de los 30 estaba pasando factura. En resumen, la vida me dio la oportunidad de vivir un día dos veces y yo me pasé durmiendo la mayoría del tiempo. :-(

No hay comentarios:

Publicar un comentario