miércoles, 21 de noviembre de 2012

Día 37: Nieve en Pekín

El último día en la capital China y mi plan era visitar el palacio de verano y el templo del paraíso,  los dos lugares se suponen que son calentitos, pues una vez más mami natura se puso chistosa y Pekín amaneció cubierto por la nieve, la primera nevada de la temporada. Yo no me esperaba nada parecido en todo el viaje así que a falta de ropa de invierno la tuve que utilizar la técnica de la cebolla, 2 camisetas, sudadera, una especie de polar y calzoncillo largo hasta los tobillos y pantalón largo, aún así pasé más frío que un tonto.

El patio del hostal por la mañana temprano
Primero fui al palacio de verano del emperador, en el norte de la ciudad, a unos 20 min en metro. Aún con el frío que hacía, había turistas por todas partes. Esta vez me enganché un grupo de franceses para escuchar al guía y luego a unos venezolanos. Resulta que desde aquí era donde verdaderamente se controlaba el ejército y por lo tanto el país en la época imperial. La guía soltaba datos y datos mientras todo el grupo se preocupaba sólo de no terminar por el suelo. 

Torre de la pagoda con la cordillera norte de fondo
Para llegar aquí hay una escalera de las buenas, sin más que decir,
un poco más y me mato
Postal de Invierno
Después como pillaba de paso me paré en la villa olímpica, sin ningún edificio grande cerca en un una avenida abierta a la ventisca se me helaron hasta las pestañas, por no decir otra parte del cuerpo.

Autofoto, no fui capaz de decirle a nadie que se sacara las manos de los bolsillos

Para después de comer me quedaba el templo del paraíso  Cuando llegué empezaba a llover, todo el mundo sabe que la combinación de nieve y agua no es lo mejor para andar y menos en suelo de mármol,  pues aún así, aquí también había turistas como yo, arriesgando la vida. 

Cuando estaba echando unas fotos oí a un grupo de gente hablando en español y de repente, ¡plofff!, una españolita esturreada por el suelo sin poder levantarse. Del resto del grupo, unos intentando ayudarla y el resto cuchicheando: ' ¡mierda!, ya nos ha estropeado el viaje' , una reacción muy a la española.

A los 20 minutos de estar allí otro grupo de españoles aparece, éstos de la 3ª edad. Todos se vienen para donde yo estaba a resguardo del viento para escuchar a su guía y yo voy y les digo: 'cuidado con los escalones que hace poco se ha caído una española al bajar' y una señora muy simpática va y contesta ' nene, yo no he venido a China a sufrir con el frío y la nieve, yo he visto el templo por fuera así que me voy a quedar aquí que se está más  menos bien'. Hizo lo más sensato que se podía hacer, no creo que en los hospitales chinos hubiera tanta cadera de repuesto.

El dichoso templo, seguro que mandó a unos cuantos al hospital ese día
Ese tipo entre las sombras soy yo, en mi guarida para aguantar la ventisca
Todo termina como empezó, despidiéndome de Mao hasta la próxima 
Curiosidad: no las probé, pero existen, 'Hamburguesas de burro'
Cuando terminé todo fui al hostal a por la mochila y al aeropuerto. En el aeropuerto de Pekín hay un hotel por horas para los que tienen vuelos muy temprano como el mío pero claro, cosas del destino, estaba lleno. Esa noche la pasé en uno de los bancos de la zona de salidas, enfrente de un McDonnals, en una postura que ni las contorsionistas del circo. La otra opción era el Hilton pero mi tarjeta no da para tanto...

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